Do I have boobs now?

A todos nos encanta citar esas frases tipo “en la vida hay dos clases de personas”. Por la misma razón, la mejor es “en la vida hay dos clases de personas: las que creen que hay dos clases de personas y las demás”.

Sí o no. Te gusta o no te gusta. X o Y. Por más que se insista en la complejidad y diversidad de cualquier aspecto de la vida (social o biológico), siempre tendemos a presentarlo en términos de blanco o negro, encuesta de Twitter con solo dos opciones de respuesta y 24 horas de plazo. No en vano, a todos nos encanta citar esas frases tipo “en la vida hay dos clases de personas”. FreeAllBodies nos demuestra que hay muchas, muchas más.

Clasificando a Courteny Demone

Si ya la habéis dedicado algo de tiempo a leer los posts de este blog, os habréis dado cuenta de que estas introducciones, farragosas y posiblemente no demasiado SEO-friendly, son una de nuestras características. En realidad, deberíamos callarnos y dejar hablar a Courtney Demone, que plantea un debate de una manera mucho más breve y memorable:

¿Ya tengo tetas? Queridos Facebook e Instagram, soy una mujer transgénero iniciando mi tratamiento con hormonas. ¿Me vais a censurar?

Tetas, Facebook e Instagram; no hace falta comenzar un tratamiento con hormonas para tener que afrontar complicaciones; unos simples Ads para una campaña relacionada con la lactancia también pueden suponer un pequeño problema (lo decimos por experiencia).

Lo que Courtney plantea es mucho más interesante. Y no solo en el ámbito conceptual; como siempre, son las acciones más cotidianas las que plantean las mejores preguntas: “Estaba tomando el sol en topless en mi patio cuando un compañero de piso me preguntó: “Ya que ahora eres una mujer, ¿se supone que ya no puedo mirarte sin camiseta nunca más?”. Aunque lo dijo en broma, esa idea se me quedó grabada. Al día siguiente, fui a nadar y me dejé puesto un top porque, como mujer, siento vergüenza si se me ven los pezones, con independencia de si para el resto del mundo son un problema. Cuando los demás me empiecen realmente a ver como una mujer, mi privilegio de ir en topless en público desaparecerá para siempre”.

¿A quién protegen las reglas?

Ya tenemos planteado el problema: si hay una, digamos, “no tits rule” es como mecanismo de protección, de prevención de ciertos contenidos. Contenidos que pueden ser rechazados desde un punto de vista moral, legal, político… Además, conviene recordalo, cada uno hace con su plataforma lo que quiere.

¿No?

Bueno, si al usuario no le dejan, no podrá. Punto. Pero la verdadera pregunta es qué se consigue con esa regla. ¿Protegemos los derechos de todos o anulamos la libre expresión de los de algunos? ¿Qué puede llegar a implicar un lema como FreeAllBodies?

La siempre necesaria autocrítica

Antes de seguir criticando a lo demás, un poco de autocrítica: más que por las reglas, las plataformas son como son debido a cómo los usuarios las empleamos: “Un tío me envió un mensaje realmente bonito, pero no contesté porque mi perfil decía claramente que no estaba interesada en los hombres. Unos días después, continuó con este mensaje: “puta zorra”. En mis años de citas por Internet antes de mi “coming out”, nunca recibí mensajes así. Adiós, privilegio de no ser acosada frecuentemente por extraños. Hola, expectativas de liarme con cada hombre que se me acerque… Este cambio ocurrió lentamente, de manera proporcional a mi femineidad percibida… Primero, Facebook empezó a mostrarme Ads de esteticistas en vez del Dollar Shave Club. Después, dejé de ser “buddy” para empezar a ser “hon” y ahora estoy empezando a ser acosada cotidianamente en la calle”. De poco servirán hashtags como FreeAllBodies si no cambiamos eso.

Volvamos a Facebook. A todos (bueno, a casi todos) nos encantó su decisión de Facebook de ampliar las opciones para definir tu género pero, ¿debería esa apuesta por la diversidad ser más profunda?

Por supuesto, no proponemos un planteamiento “buenos vs malos”. Por pura lógica, la vida siempre será imposible de categorizar en unas pocas opciones (y que así sea siempre). Y ninguno queremos encontrarnos cuestionarios con interminables opciones de respuesta. Todo análisis debe, hasta cierto punto, ser reduccionista para resultar útil; por otro lado, como bien señala el divulgador científico Matt Ridley, “todas las reglas tienen excepciones, incluida la regla de que todas las reglas tienen excepciones”.

FreeAllBodies: conclusiones

Así que, quizás, a veces, mostrar pezones también pueda ser un derecho, una manera de defender la diversidad, de hacerla pública: “¿En qué punto de desarrollo de mis pechos necesito empezar a cubrir mis pezones? Ya siento vergüenza cuando son visibles, pero ¿en qué punto la sociedad establece que es inaceptable que se muestren? Para darme ideas, tengo a mis buenos amigos Facebook e Instagram para ayudarme a contestar a esa pregunta”.

Otras campañas, como #FreeTheNipple, parecen haber surgido de un punto de partida similar. ¿Cuál es la diferencia? En palabras de Courtney, “#FreeTheNipple no ha conseguido mostrar las diversas formas en las que las personas con cuerpos diferentes son sexualizadas, avergonzadas, fetichizadas o convertidas en algo exótico. También en reconocer que desnudar sus pezones no significa libertad para todas las mujeres. Para profundizar en esas ideas y examinar esas cuestiones a través de las experiencias de personas con diferentes cuerpos, es necesario llevar a #FreeTheNipple más allá de definiciones limitadoras de femineidad”.

Que continúe el debate.